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Abstract
El indio, considerado un metal crítico, ha sido registrado en depósitos epitermales
de Patagonia, en los proyectos Pingüino, La Luz, Toruel, San Roque y las minas Gonzalito
y Ángela. Su descubrimiento revela un potencial metalogenético no conocido anteriormente
y genera un importante interés exploratorio para la región.
Translated abstract
Indium is a critical metal and it was registered in epithermal deposits in Patagonia
in Pingüino, La Luz, Toruel, San Roque projects and in Gonzalito and Ángela mines.
It´s discovery reveals an unknown metalogenetic potential and generates an important
exploratory interest for the region.
La historia jurásica de la parte austral de América del Sur muestra una evolución geológica compleja, como resultado de diferentes procesos que comenzaron a lo largo del margen occidental del Gondwana durante los estadios iniciales de la fracturación del Pangea. La subducción andina a lo largo del margen continental pacífico comenzó en el Jurásico temprano, después de un período de extensión y rifting a escala continental, que tuvo su máximo al final del Triásico en el centro y norte de Argentina y Chile. La renovación de la subducción fue el resultado de un episodio de crecimiento oceánico a lo largo de una serie de centros de expansión entre Norte y Sud América, cuando comenzó la separación entre ambos continentes como consecuencia de la actividad vinculada al punto caliente de CAMP (Provincia magmática del Atlántico central). La actividad de estos centros de expansión produjo una componente de subducción oblicua, dirigida hacia el sudeste a lo largo del margen occidental de América del Sur y la reactivación de rasgos estructurales ortogonales heredados, tales como la dorsal de Huincul de rumbo N70°E en la cuenca Neuquina, la que fue levantada durante tiempos jurásicos. La subducción a lo largo del margen continental argentino-chileno de rumbo dominante norte-sur se aceleró durante la ruptura entre el Gondwana Occidental y el Oriental, inmediatamente después de la apertura del Océano Índico, vinculada al punto caliente del Karoo. La subducción tuvo lugar bajo un régimen extensional probablemente asociado con una velocidad negativa de retroceso de la trinchera, que condujo a la formación de un arco magmático a lo largo de la Cordillera de la Costa desde el sur del Perú hasta Chile central y hacia el este el desarrollo de las cuencas de trasarco extensionales de Arequipa, Tarapacá y Neuquén. En el norte de la Patagonia, ocurrió durante el Jurásico temprano magmatismo de arco al este de la actual Cordillera Andina a lo largo del Batolito Subcordillerano de corta vida (190-170 Ma) y en la cuenca de intra-arco liásica asociada. El magmatismo de arco cesó en el norte de la Patagonia cerca de los 170 Ma y fue reemplazado por enormes volúmenes de riolitas y dacitas jurásicas inferiores a medias de la gran provincia ígnea de Chon Aike, producida como resultado de fusión cortical de una corteza sobrecalentada durante los estadios iniciales de la ruptura del Gondwana. El rifting inicial durante el Jurásico medio a tardío tuvo lugar en la cuenca de Cañadón Asfalto y en las cuencas de Río Genguel, Río Mayo y Río Senguerr durante el Jurásico tardío, en forma ortogonal al margen continental como consecuencia de la apertura del Mar de Weddell. El magmatismo ácido estuvo asociado con extensión generalizada y culminó con la apertura oceánica de la cuenca de Rocas Verdes. Las causas del cese del magmatismo en el Batolito Subcordillerano, el origen de la provincia ácida de Chon Aike y la rotación del frente magmático hacia el Batolito Patagónico alrededor de los 150 Ma no son todavía bien entendidas. Hipótesis que vinculan este escenario tectónico mutante a la colisión de terrenos alóctonos contra el margen pacífico de Patagonia durante el Jurásico temprano a medio deberían ser tenidas en consideración.
La importancia del magmatismo jurásico de la Patagonia con relación a mineralizaciones de Au-Ag, ha sido reconocida desde hace menos de 20 años y al presente se definieron recursos por más de 700 t de Au equivalente contenido, en tres depósitos de clase mundial (>100 t AuEq contenido), algunos depósitos menores y numerosos prospectos en exploración. Se alojan en rocas volcánicas y volcano-sedimentarias jurásicas (o más antiguas), silíceas y mesosilíceas generadas en ambientes de arco y retro-arco de las regiones andina y extra-andina. Por sus características mineralógicas, texturales y geoquímicas corresponden a depósitos epitermales asociados principalmente a la paragénesis cuarzo ± calcita ± adularia ± illita que acompañan a los depósitos de sulfuración baja e intermedia. Por su contenido metálico se dividieron en: a) Au-Ag y Ag>Au, b) polimetálicos con Ag-Au o sólo Ag, y c) polimetálicos complejos con Ag-Au. Son depósitos vetiformes, en general con control estructural, con una excepción de fuerte control litológico. Dataciones de minerales hidrotermales y roca de caja indican que la actividad hidrotermal fue posterior al magmatismo principal. Relacionadas a ellos se hallan manifestaciones hidrotermales poco profundas (sinter y silicificaciones en el paleonivel freático) que pueden indicar que sistemas epitermales se hallan intactos en profundidad. Los fluidos formadores de mineralización fueron soluciones diluidas o de baja salinidad, con temperaturas entre 160 y 330ºC. Los controles más importantes en la formación de estos depósitos se consideran el fracturamiento extensional que afecta a las volcanitas jurásicas y la incorporación de aguas freáticas a los sistemas geotermales.