El grupo étnico rarámuri, ubicado en la sierra tarahumara, dentro de la Sierra Madre occidental mexicana, además de acompañar su carrera pedestre con el lanzamiento de un objeto (bola que se avienta con el pie, en el caso de los hombres, y aro que se lanza con una vara, en el caso de la mujer), se distingue de otros pueblos indígenas corredores por el hecho de mantener vigente la costumbre de correr como medio de juego y de competencia. Este artículo presenta las funciones sociales de la carrera rarámuri. Situándose en torno a la diversidad de sentidos que posee dicha carrera, hace una descripción profunda de ella para destacar las tres funciones básicas y responder a las interrogantes acerca de por qué y para qué se corre de esa manera. Incursiona en el ámbito conceptual de la carrera contemplándola, en primer lugar, como una actividad deportiva, en segundo lugar, como una manifestación ritual y, por último, como un mero acto social. Esto con la intención de comprender mejor a los rarámuris, las características de este peculiar comportamiento cultural y las funciones que desempeña, aunque para ellos se trate de algo tan sencillo como rarajípari (carrera de bola para el hombre) y romera (carrera de ariweta para la mujer).