La ley de "matrimonio igualitario", votada en 2010 por el parlamento argentino, convirtió a este país en el primero de Latinoamérica en legalizar el matrimonio homosexual. Se trata de una victoria para un grupo históricamente discriminado por sus preferencias eróticas y hasta entonces ausente de la legislación. En este contexto, aparentemente auspicioso para la igualdad sexual, considero, sin embargo, que la nueva ley no se corresponde con el orden sexual que regula los cuerpos de las mujeres argentinas. En efecto, desde 1921 el Código Penal argentino tipifica al aborto como un "delito contra la vida" y, pese a ello, cada año unas cien mujeres mueren por abortos clandestinos. En base a esta situación, en este artículo analizaré el desfasaje que encuentro entre las políticas homosexuales y las políticas reproductivas de Argentina. A diferencia de Europa, donde los derechos reproductivos precedieron a las políticas homosexuales, en este país se ha operado lo inverso. Allí, el reconocimiento legal de las parejas de mismo sexo coincide con las medidas impulsadas por otras democracias, tendientes a alcanzar lo que algunos autores denominan ciudadanía sexual. Sin embargo, mientras la Argentina no reconozca el derecho a la interrupción gratuita y segura del embarazo, esta noción, que legitima la aplicabilidad universal de derechos sexuales, seguirá siendo problemática. Considero que sin el derecho a la libre disposición del propio cuerpo, el cual comprende la libertad sexual y el derecho a decidir sobre la gestación, en el actual contexto argentino la ley de matrimonio gay representa un episodio aislado.
The Argentine Parliament recently passed the New Equal Marriage Act for same-sex couples, making Argentina the first country in Latin America to legalize this type of union. This act represents a victory for a group historically discriminated for its sexual preferences and until then absent from the national legislation. In this context, in appearance so favourable to sexual equality, I believe this new law does not match the sexual order that today regulates the bodies of Argentine women. As from 1920 abortion is illegal in Argentina and it is reckoned as a crime against human life. Nevertheless, abortion is still the major cause of death among women in this country. Given this situation, in this article I will analyze the gap I find between homosexual and reproductive politics in the country. Unlike Europe, where reproductive rights preceded homosexual rights, in Argentina the opposite situation is observed. In this country, the legal recognition of same sex couples matches measures taken by other democracies and aimed at reaching what certain authors call sexual citizenship. Nevertheless, as long as Argentina does not recognize the right to free and safe abortion, this notion, which legitimates the universal applicability of sexual rights, will continue to be problematic. I believe that without the right of self-ownership, which comprehends sexual freedom and the right to decide to terminate a pregnancy, in the current Argentine context the gay marriage act represents an isolated event.